jueves, 9 de marzo de 2017

Tres sabores: fresa

No voy a ser muy breve.

Rol de fresa: equivale a dramatización, escenificación, perfomance. Como cuando un participante habla en falsete y con acento.

En un juego tradicional, un jugador puede representar el papel de un personaje si (y sólo si) se lo propone. Por ejemplo, en una partida de ajedrez, el jugador puede hacer como que el peón de dama es d'Artagnan, y hacer grandes aspavientos (que si "sacre blue!", que si "mon Dieu!") cada vez que le toque moverlo. Los ajedrecistas no suelen hacerlo porque son personas sensatas, con vergüenza propia y sentido del ridículo.

En una partida de cartas, puedes hacer como que eres Al Capone, y te estás jugando el control sobre los barrios de Chicago con Elliot Ness, "Doc" Holiday y el agente 007. En un juego de damas puedes hacer como que eres Ricardo de Gloucester en la Guerra de las Dos Rosas, o Dain hijo de Nain en la Batalla de los Cinco Ejércitos, o lo que sea que te venga a la cabeza.

Mientras que en un juego de los llamados "de rol" un jugador puede representar el papel de un personaje si (y sólo si) se lo propone. Es decir, que el sabor a fresa es maridable con TODO JUEGO.

Hace muchos muchos años, en un salón recreativo llamado "Dolar", había un chaval que jugaba a "Q*bert", y cuando en pantalla una serpiente-muelle cayó sobre el cabezón narigudo, el chaval exclamó, poniendo una voz chillona: "¡me cagon dios!". ¡Ese chaval estaba interpretando a su personaje del videojuego! Ergo, estaba jugando a rol (de fresa), ni que fuera momentáneamente.

¡Qué narices, el rol de fresa ni siquiera necesita un sistema de reglas! Los niños pequeños, los actores, los políticos que nos gobiernan... lo hacen todo el tiempo.

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